La figura del Controller o Responsable del control de gestión, que se encuentra cada vez con mayor frecuencia en el organigrama de las empresas más avanzadas, es aquel perfil empresarial que se ocupa de interpretar y evaluar los negocios de la empresa.
Puede identificarse como el profesional o la estructura especializada que piensa y diseña, junto al empresario, el sistema de control de gestión, que actúa como coordinador de las actividades y, finalmente, que proporciona a la dirección de la empresa la información básica para la toma de decisiones relativas a la vida empresarial.
Los acontecimientos recientes han acentuado la necesidad de una planificación financiera y estratégica en las pymes, acompañada de la construcción de herramientas y modelos de medición del desempeño empresarial para calibrar las opciones de negocio.
Por lo tanto, se está configurando una evolución del papel del controller no solo como una entidad externa a la empresa, sino como un verdadero administrador temporal que es elegido y designado por los accionistas, que comparte las decisiones empresariales con la dirección y que apoya la alta dirección en la planificación de la gestión.
En las pymes italianas, las actividades de planificación y control de gestión en la empresa normalmente son llevadas a cabo por los administradores, que, en el 70 % de los casos, representan a los mismos propietarios: esto constituye ciertamente un límite para el desarrollo de las pymes, que quedan con un gobierno cerrado dentro de la familia propietaria de la empresa.
El controller, desde este punto de vista, puede, por otro lado, aportar importantes beneficios a la empresa en la que opera: de lo descrito en la introducción se puede deducir, en efecto, que la figura del controller tiene, por su naturaleza, tanto los conocimientos técnicos y de gestión, como los relativos al mercado en el que opera la empresa.
Por lo tanto, el controller, incluido en el organigrama de la empresa como gerente temporal, también se ocupa de la parte ejecutiva, con el fin de lograr «en el campo».los objetivos acordados con la gerencia.
Además, como sugiere su nombre, es un verdadero gerente «temporal», que trabaja para la empresa durante un período definido: normalmente, la asignación dura alrededor de un año, que suele ser el período adecuado para introducir e implementar un sistema completo de control de gestión en la empresa. Por ello, el controller temporal deberá acudir personalmente uno o más días a la semana a las instalaciones de la empresa cliente para formar parte activa de la misma.
El controller posee, por lo tanto, una serie de capacidades transversales, que van desde el conocimiento sobre los procesos de trabajo y la organización de la empresa, a los estudios contables y la elaboración y análisis de los estados financieros, hasta los estudios sobre necesidades financieras y técnicas de previsión, control. e informes.
En especial el controller conoce:
- estructuras y procesos de trabajo, relacionados con la organización de la empresa;
- métodos para la realización de registros contables, así como para la preparación y análisis de los balances;
- técnicas para detectar necesidades financieras;
- técnicas de previsión, control y elaboración de informes.
El controller está capacitado tanto para configurar el plan de cuentas y los procedimientos administrativos, de acuerdo con las normas civiles y fiscales, como para elaborar balance y administrar el software de aplicación que permite la informatización de los procedimientos contables y los modelos de control de gestión.
El controller, por lo tanto, en el papel de gerente interino, puede contribuir al desarrollo empresarial trabajando desde adentro, junto con el empresario, para garantizar la continuidad del desarrollo de la organización y transfiriendo metódicamente las habilidades típicas del controller en áreas tales como:
- planificacion financiera;
- verificación de las inversiones y su sostenibilidad;
- desarrollo de la red de ventas;
- cobertura y transferencia de conocimientos en el área estratégica de control de gestión.
La literatura corporativa y la prensa especializada coinciden en que es de fundamental importancia la apertura del gobierno corporativo a profesionales y directivos externos, que en ocasiones también integran el directorio de la empresa, con mandatos y objetivos específicos.